He visto cómo muchas personas se sienten confundidas con tanta información sobre lo que se debe o no se debe comer.

Y lo entiendo: cuando empiezas un camino hacia una vida más saludable, lo último que necesitas es miedo o reglas estrictas.

Desde mi experiencia, no se trata de eliminar alimentos. Se trata de entender cuándo, cómo y por qué los consumes.

Yo, por ejemplo, encontré una fruta que me acompaña todos los días: los arándanos 🫐

Los como una sola vez al día, al final del desayuno.

✨ Me ayudan a sentirme satisfecha y me calman los antojos de dulce.

Además, son antioxidantes, protegen el cerebro y apoyan la digestión.

Cuidarse no debería sentirse como una guerra contra la comida.

Es más bien una forma de reconectarnos con lo que nos hace bien — sin complicaciones, sin excesos, y sobre todo: con conciencia.

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